26 octubre 2008

I wonder why


26 - Oct - 2008


"Querido diario:

Hoy, domingo, día del señor, necesito confesarme. Junto las manos y recito con murmuros el Confiteor. He pecado (-¿¿he pecado ??-) y tengo la profundísima necesidad de que se me atribuyan ciertas acciones.

Me planteo lo inplanteable, me exijo metas inalcanzables, digo oceanos y hago lagos, me defraudo a mí mismo. Mi autoestima se vuela con los vientos otoñales, y así como si de un círculo vicioso se tratase, hago de mi existencia la no esencia. Desarrollo el "drama" de mi vida (inexsistente). Hablando en honor a la metáfora: veo sombras en los días de sol.

Necesito de alguien, alguien que me recuerde cada mañana lo increíble que es mi vida, lo afortunado que soy y sobretodo mi poca capacidad de disfrute. A ese alguien creo haberlo cruzado un par de veces, pero como llegaron, se fueron; tan rápido que no hay tiempo para despedidas ni para razonamientos lógicos. Mea culpa. A mi falta de tacto me encomiendo y a mi falta de humanidad también, a mi irrenunciable orgullo que me está hundiendo y a mi álter ego que es una mala persona.

Hace unas semanas tuve el pálpito de creerme otro, de haber vuelto a mirarme cara a cara con una de esas personas. Llevo unos días excitado, como cuando estas enamorado (supuestamente); pienso en ella, la busco, la espero, la encuentro, la quiero. Nos estamos conociendo, es más de lo que nunca esperé, ahora comienzo una nueva vida..."


- ÚLTIMAS NOTICIAS: Hoy, lunes 27 de octubre los periódicos visten sus portadas de riguroso luto, una macabra historia ha conmocionado a personas de todo el país. Todavía no encuentran explicaciones a lo ocurrido, se está investigando pero aún así El mundo, El país, El ABC, La razón, 20 minutos, La vanguardia y un largo etcétera se han visto saturados con las miles de cartas de lectores cuyos mensajes monotemáticos se reducen al siguente: "I wonder why..."

El Mundo publica en portada las fotos de los hechos -se observa una habitación lúgubre con luz indirecta, en primer plano un escritorio con un reguero de sangre. La cabeza del jóven con la mirada perdida sobre el escritorio nadando sobre rojo, la pistola en el suelo. - Debajo de la cabeza y bajo un intenso foco de luz encontraron el diario, manchado pero legible. Junto a él, unos auriculares que no dejaban de repetir la misma canción: Don't let me down de The Beatles.

Nadie entiende nada...

No hay comentarios: