Dos tristes lágrimas surcan mis mejillas en esta oscura noche. Un recuerdo, quizá dos palabras bastan para que salgan. Un te quiero es suficiente para que dos lágrimas mojen mi almohada. El deseo se hace espada y la esperanza el filo que brilla al transcurrir de mis lágrimas. En esta sola y fría noche un corazón muere y una débil mente sufre la madrugada. Solo la remembranza de una pérdida es suficiente para que dos amargadas lágrimas salgan. Por esas lágrimas clamo al cielo lo que era mío y me arrebataron, maldigo mi desventura y la providencia porque ahora no me importa nada, tan solo mis dos compungidas lágrimas. El ahogo me deja sin aliento y sin poder decir nada, solo una mirada basta para descubrir que una vez de mi torturado corazón surgieron dos furtivas lágrimas.
2 comentarios:
Triste, tremendamente triste...
Son letras del pasado. Una mala temporada en la que sufrí mucho. Por suerte el pasado, pasado está.
Aprovecho para promocionar tu blog que merece mucho la pena.
Un espacio para la poesía y la prosa
Un abrazo muy fuerte Rodolfo
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