Soy una gaviota sin rumbo, volando sobre la inmensa mar. Una tormenta de pena moja mis alas y descendiendo mi pequeño corazón se desquebraja. Vientos de tragedia mecen las olas y me llevan sobre el agua gélida. Las olas intentan golpearme con violencia inusitada. Soy un pobre animal herido que viaja sin rumbo fijo.
En el horizonte la nada lo envuelve todo y tan solo diviso la muerte anunciada. Poco a poco llego al final. Las últimas palabras se caen en este papel errante mientras la mar me inunda por dentro y hunde mi cuerpo en su trágico destino.
2 comentarios:
Hola, leí tu comentario en "Huir" y muchas gracias por tus palabras, de verdad.
Los leeré atentamente.
Abrazos
Cristina
Quizà mas allá del horizonte la gaviota encuentre su rumbo y sea feliz...
Saludos
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