Llueve...pesadas gotas resuenan en alguna parte,como el silbido de un tren acercándose a lo lejos...Muy lentamente,abro los ojos.Los pensamientos que rondaban mi mente se van difuminando mientras adquiero conciencia de mi entorno.Estoy en casa,recostado en el sillón,con mi bata a cuadros y mis zapatillas sin talón.Empiezo a distinguir una silueta entre las sombras. Quizás siga dormido;quizás sea el ángel de la muerte que por fin viene a reclamar mi alma,a liberarme del tormento de mi vida...;no,es él,el desconocido que me ayudó cuando lo necesitaba con tan amabilidad desinteresada que aún me desconcierta.
"Gracias por cuidar de mí. Ni siquiera sé tu nombre" -hace sólo unos minutos que le conozco y ya siento una familiaridad imposible de definir con palabras- .
"No importa quién soy,sino lo que hago.Mi nombre no es relevante porque no define cómo soy;mis acciones definen quién soy."
No esperaba aquella respuesta.El silencio se extiende a mi alrededor mientras medito la sabiduría de sus palabras...