Señoras y señores, saquemos pañuelos blancos y agitémoslos al son de nuestros sollozos. Estamos en el andén del calendario. Se nos va un año y tocan las molestas despedidas, tales como: beber creyendo que nuestro hígado es el filtro del secarropa (lo limpiamos cada dos días y como nuevo), comer dulces como si la celulitis estuviera de moda, y saludar a viejos amigos y parientes lejanos como si realmente los extrañáramos. Todo porque estamos esperando al acontecimiento más importante; mejor dicho, llega aquello que llevamos esperando un año… el 2008. Y como año tras año, a principios de Diciembre nos compramos el pack de alegría navideña, que dentro de poco vendrá con el nuevo Nokia Vodafone Limited Edition (Pu púm, es tu momento…). No sé muy bien por qué pero todos esperan con ilusión el nuevo año, como si cuando el reloj marcara las 00:01 del 1 de Enero el mundo cambiara y se volviera un paraíso terrenal. Sinceramente no entiendo estas épocas, aunque soy uno más de este empalagoso sentimiento social.
El 2007 era un año que prometía mucho, se fue de bocas como todos y ahí está, agonizando con sus más y sus menos. Empezó malito el pobre, un mal comienzo; después fue tomando fuerza hasta que llegó a ser uno de esos años para recordar, pero en estos últimos días se ha pinchado. Aún así, un gran año, con sus 365 días y sus 12 meses.
No, no hagáis como si el 2007 os importara, ya solo sabéis hablar de las típicas promesas para el 2008, que si las comparas con las que hicimos en el 98 solo cambia el papel en las que están escritas. Conclusión, por qué nos hace tanta ilusión este momento, que al fin y al cabo, es una vez por año !!!???... la gente tendría que esperar con más ilusión las Paraolimpíadas que son cada cuatro, o incluso el cambio de gobierno en Cuba a plazo indefinido. Pero no; seguimos cada año perdiendo los nervios porque se acercan las fechas dulzonas. Admiro a aquellos que siguen creyendo que el 1 de Enero existe la magia y el resto del año son unos escépticos.
Después de escribir mi carta a los reyes, le mandé una carta al gobierno que para el caso es lo mismo. Les propuse un país multi-navideño, es decir, crear a lo largo de un año, varias navidades, y así la gente dejaría de estar tan estresada y tan pesimista; incluso podrían ir parte de las ganancias del monopolio de El Corte Inglés a las arcas del Estado. Que gran idea, aunque se me truncó cuando recibí la contestación que decía: “Querido ciudadano del territorio español, igual que te rompieron el corazón cuando te dijeron que los reyes no existen (todos menos uno), le rompimos el corazón a tu papá cuando le dijimos que el Estado existe, y por tanto los impuestos. ¿Quieres más solidaridad que la de compartir penas con un padre?... Sé bueno, y estas navidades pídele poco a los reyes y menos al Gobierno”.
Aún así, seguid siendo felices que aunque tengamos un país mono-navideño siempre nos quedará la ilusión de que el próximo año todo será mejor.
Feliz Navidad, y que el 2008 sea como el 2007 pero con Olimpíadas :D
24 diciembre 2007
19 diciembre 2007
Te echo de menos en navidad
Te hecho de menos, cuando quiero echarte de más. Algo me falta, algo necesito que no pienso en nada más. Mi cuerpo solicita de tu abrazo y el frío se quiere calentar en tu cuerpo efebo. La navidad con las luces que alumbran la noche me recuerda tu falta. Me falta tu mirada, me falta el respirarte cuando el frío me crea estalactitas por donde te conservo. La navidad llega cascabeleando pero el eco de tu voz lo ensordece todo y tan solo puedo recordarte. Te echo de menos en navidad.
07 diciembre 2007
Tuve todo menos libertad
En un descuido mi mente volvió a tu recuerdo. En él me embriago y me nutro de su particular esencia. Mi mente se remueve buscando tu olvido y sin querer buscarlo, vuelvo a recordarte sin haberlo querido.
La mirada de la gente perdida me devuelve a mi soledad y abatimiento. Eternamente solo, pero libre con el viento. Según sus caprichos así me muevo, sin poder evitarlo… a tu recuerdo.
Lo tuve todo menos libertad, ahora solo tengo libertad.
La mirada de la gente perdida me devuelve a mi soledad y abatimiento. Eternamente solo, pero libre con el viento. Según sus caprichos así me muevo, sin poder evitarlo… a tu recuerdo.
Lo tuve todo menos libertad, ahora solo tengo libertad.
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