10 septiembre 2008

La reflexión del anciano

Triste es el olvido de la razon, de los sentimientos, de las ambiciones.
Cuento mis experiencias como los niños, con los dedos de la mano; así se me escapan, tal fragilidad invade mi mente. No quiero huir y a la vez deseo escapar de esta realidad que llamamos vida, confundirme en el vacío hasta perder toda posibilidad de volver. No quiero sentir, quiero yacer eternamente hasta el día que esta sensación de soledad me abandone: y ese día renaceré de mis cenizas,volveré a ver brillar el sol, y ya no tendre miedo, ni desesperanza, sólo locura por sentir un día más, un instante más, otro momento más de calma en mi "senilidad".

Sólo seguire buscando una luz en mi oscuridad........

2 comentarios:

GaRZaS dijo...

Dedicado a todos aquellos que desean "recordar" hasta el fin de sus días.

DGP dijo...

Uno de tus mejores Post sin lugar a dudas, no creo que deje indiferente a nadie.

Yo, al igual que muchos, he vivido de cerca las heridas que el tiempo produce en nuestros queridos "ancianos".
Parece que has descrito perfectamente ese sentimiento que de vez en cuando florece en la mente de nuestros mayores.

Sublime!! Me encantó.