19 octubre 2007

Deseo morir en tu presencia, alejado del vivir en este mundo.


La verdad de la existencia sin sabor ni conciencia, contaminado por la realidad, la crueldad de las conciencias, sin tiempo para el arrepentimiento con la mente sucia de palabras envenenadas. Con la vida en pie de guerra siento la respiración de fuego de los cobardes guerreros que a mi lado se amontonan sin pensar en la virtud más bella de la vida misma. Siento la vida como un tormento no por mí, si no por los tormentos de la política, el vicio y la tradición de la moralidad infundada en valores caducos y muertos.
Solo el placer atemporal de tu presencia me solivianta en brazos de tu paz y sosiego. Escape de las masas agitadas que se revuelven en el lecho de la sociedad. Tu visión me hace volar entre las nubes aterciopeladas de tu cabello y sin pensar en lo que pienso me despierto en tu lecho, ajeno del mundo y del tiempo. Dulcemente acurrucado en tu vereda me despierto de la ensoñación malévola de la vida misma y lentamente muero sin pensar en el pasado ni en el presente, solo viviendo el sentir de tus sentidos, comiendo de tus labios y bebiendo de los míos. Todo lo bueno y hermoso florece y marchita la vida del tormento. Quiero vivir a tu lado porque a tu lado al vivir me muero, me muero sin dolor ni sufrimiento, muero armoniosamente drogado, sin pensar que soy humano y por lo tanto yerro. De este morir vivir quiero, con tu presencia, a tu lado y sin tormentos.

13 octubre 2007

Equilibrio

Qué complicado se me hace escribir últimamente. De una forma tan rara como sutil, me encuentro en un punto al que jamás había llegado, por lo menos, de forma consciente. Por primera vez en mi vida, puedo decir que estoy en una especie de equilibrio. Un equilibrio que llevo buscando años, fracasando de forma consecutiva, y de repente me lo he encontrado doblando la esquina. Estoy feliz, conforme con mi vida, alegre con lo que me rodea. Aunque, no nos equivoquemos, tengo lastres que tiren por los suelos este sentimiento, pero como dije con anterioridad, quién puede vivir sin sufrimiento ? Aún así, es mínimo. La parte positiva contrarresta de forma tan heterogénea la parte negativa de una visión total. Pocas veces vais a leerme un argumento optimista, alegre y agradecido; y es por eso por lo que se me rompen los esquemas con los que escribo. Estoy perdido en este texto, no me encuentro todavía, jamás pensé que llegaría a escribir estas palabras, pero me dejo llevar. Sabed perdonarme la falta de calidad del texto, es sencillo y cómodo, simplemente expreso mi sentimiento sin florituras ni adornos, no porque no quiera, sino porque no sé.

Aquellos que quieran leer al chico de siempre no os preocupéis, no será larga la espera, he aprendido a vivir de los fracasos, de las derrotas y de los abandonos. Sé que será efímera esta dulzura sentimental, sé que el precio de ser feliz es elevado, y todavía no he pagado por ello. Permitidme disfrutarlo mientras dure, y justificareis mi ausencia como autor del blog.

Bendito este equilibrio, bendito este don, bendito…

04 octubre 2007

Realidad onírica

Que grata sorpresa me he llevado cuando la peor de mis pesadillas y mi sueño más esperado he visto realizado. Una bella criatura por mi recuerdo nunca olvidado ha pasado la noche dormitando a mi lado.

Una rotura inoportuna de un objeto inadecuado me llevó de vuelta a sus brazos. Después de una tensa aparición, coloqué el dichoso objeto en su rincón, nos miramos con sentimientos aprisionados y desaparecí una vez más de su lado.

Por doquier solo pensaba en ella y bajando las escaleras me acordé de una taberna que estaba cerca. Bebí tequila, un chupito detrás de otro y sin perder la memoria pero olvidándome de la compostura, me decidí a decirla lo que me tortura.

Subí torpe y apresuradamente las escaleras y cuando golpeé su puerta mis palabras fluyeron libres con el viento. Sin miramientos salía de mi boca el primer sentimiento. Quiero dormir a tu lado, sin arrepentimientos ni atrevimientos, solo dormir como enamorados.

Con muchas dudas en la cabeza ella aceptó por misericordia y pena. No nos desnudamos, tan solo nos fundimos en un abrazo y finalmente el amanecer me ofreció un regalo. Despertarme con su mirada y una caricia enamorada.