01 junio 2007

Separación


La comisura de sus labios parecía impenetrable, no obstante tomé la firme decisión de buscar un espacio fácilmente conquistable.

Su mirada amenazaba mi alma y con simplicidad sublime me cogió de la mano. Contando los segundos por mi mente pasaban mil y un pensamientos. La brisa del aire se movía entre nuestros dedos. Mi corazón bombeaba frenético frenesí de pasión incontrolada. El calor de mi cuerpo contrastaba con el frío del viento y sin embargo no había mejor lugar del mundo para estar a su lado. El sol empezaba a manchar con tenues rayos dorados el cielo estrellado. El tiempo corría junto con la desgraciada y fatídica hora sin que pudiera hacer yo nada para remediarlo. Finalmente viendo nuestras caras iluminadas supimos que nuestro sueño estaba a punto de acabar. El destino quería separarnos y no podíamos hacer nada para impedirlo. Ella se fue para siempre, y con indescriptible agonía prosigue el largo camino de mi vida.

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