24 diciembre 2007

Feliz... y Próspero...

Señoras y señores, saquemos pañuelos blancos y agitémoslos al son de nuestros sollozos. Estamos en el andén del calendario. Se nos va un año y tocan las molestas despedidas, tales como: beber creyendo que nuestro hígado es el filtro del secarropa (lo limpiamos cada dos días y como nuevo), comer dulces como si la celulitis estuviera de moda, y saludar a viejos amigos y parientes lejanos como si realmente los extrañáramos. Todo porque estamos esperando al acontecimiento más importante; mejor dicho, llega aquello que llevamos esperando un año… el 2008. Y como año tras año, a principios de Diciembre nos compramos el pack de alegría navideña, que dentro de poco vendrá con el nuevo Nokia Vodafone Limited Edition (Pu púm, es tu momento…). No sé muy bien por qué pero todos esperan con ilusión el nuevo año, como si cuando el reloj marcara las 00:01 del 1 de Enero el mundo cambiara y se volviera un paraíso terrenal. Sinceramente no entiendo estas épocas, aunque soy uno más de este empalagoso sentimiento social.

El 2007 era un año que prometía mucho, se fue de bocas como todos y ahí está, agonizando con sus más y sus menos. Empezó malito el pobre, un mal comienzo; después fue tomando fuerza hasta que llegó a ser uno de esos años para recordar, pero en estos últimos días se ha pinchado. Aún así, un gran año, con sus 365 días y sus 12 meses.

No, no hagáis como si el 2007 os importara, ya solo sabéis hablar de las típicas promesas para el 2008, que si las comparas con las que hicimos en el 98 solo cambia el papel en las que están escritas. Conclusión, por qué nos hace tanta ilusión este momento, que al fin y al cabo, es una vez por año !!!???... la gente tendría que esperar con más ilusión las Paraolimpíadas que son cada cuatro, o incluso el cambio de gobierno en Cuba a plazo indefinido. Pero no; seguimos cada año perdiendo los nervios porque se acercan las fechas dulzonas. Admiro a aquellos que siguen creyendo que el 1 de Enero existe la magia y el resto del año son unos escépticos.

Después de escribir mi carta a los reyes, le mandé una carta al gobierno que para el caso es lo mismo. Les propuse un país multi-navideño, es decir, crear a lo largo de un año, varias navidades, y así la gente dejaría de estar tan estresada y tan pesimista; incluso podrían ir parte de las ganancias del monopolio de El Corte Inglés a las arcas del Estado. Que gran idea, aunque se me truncó cuando recibí la contestación que decía: “Querido ciudadano del territorio español, igual que te rompieron el corazón cuando te dijeron que los reyes no existen (todos menos uno), le rompimos el corazón a tu papá cuando le dijimos que el Estado existe, y por tanto los impuestos. ¿Quieres más solidaridad que la de compartir penas con un padre?... Sé bueno, y estas navidades pídele poco a los reyes y menos al Gobierno”.

Aún así, seguid siendo felices que aunque tengamos un país mono-navideño siempre nos quedará la ilusión de que el próximo año todo será mejor.


Feliz Navidad, y que el 2008 sea como el 2007 pero con Olimpíadas :D

19 diciembre 2007

Te echo de menos en navidad

Te hecho de menos, cuando quiero echarte de más. Algo me falta, algo necesito que no pienso en nada más. Mi cuerpo solicita de tu abrazo y el frío se quiere calentar en tu cuerpo efebo. La navidad con las luces que alumbran la noche me recuerda tu falta. Me falta tu mirada, me falta el respirarte cuando el frío me crea estalactitas por donde te conservo. La navidad llega cascabeleando pero el eco de tu voz lo ensordece todo y tan solo puedo recordarte. Te echo de menos en navidad.



07 diciembre 2007

Tuve todo menos libertad


En un descuido mi mente volvió a tu recuerdo. En él me embriago y me nutro de su particular esencia. Mi mente se remueve buscando tu olvido y sin querer buscarlo, vuelvo a recordarte sin haberlo querido.

La mirada de la gente perdida me devuelve a mi soledad y abatimiento. Eternamente solo, pero libre con el viento. Según sus caprichos así me muevo, sin poder evitarlo… a tu recuerdo.

Lo tuve todo menos libertad, ahora solo tengo libertad.


29 noviembre 2007

Ganas de olvidarte

Las despedidas siempre son pasajeras
y no por ello, marco la excepción
podría cantarte baladas o rancheras
pero prefiero musitar una oración.

Soy yo el que ahora te da las gracias
por las palabras llenas de orgullo y de falacias
por los meses que perdí a tu lado
creyendo que estaba libre cuando estaba encerrado.

Son estos versos los que componen mi oración
los mismos que sonaran en la fecha de mi defunción
ahora que la vida me sonríe, le veo los dientes
aunque muy desagradable, al menos no me miente.

Te veo y sé que siempre he querido acabar con esto
beberme el olvido hasta ahogarme en el regazo de mi madre
conseguí olvidarte a base de hacer lo que más detesto
lo bueno llegó sin ti, y hoy no hay perro que me ladre.


" Aquel chico..." ( Own blog... up-to-date :))

17 noviembre 2007

Memorias de una vida.Parte Primera

Un dia aconteció que un extraño llamó a mi puerta.Vestía harapos;era de noche,sin luna,una fría noche invernal;soplaba un fuerte viento helado.
Nos miramos a los ojos,lentamente,y fueron desapareciendo poco a poco
todas las cosas a mi alrededor.Me sentí vacío,alejándome más y más de este mundo,como
si viviera un episodio etílico de magnitudes gigantescas sólo en mi cabeza.

Caí por un hueco muy hondo,muy hondo hasta que al fin llegué al suelo.
Estaba todo oscuro; mirando hacia arriba,sólo se veía una temblorosa luz a lo lejos,como si estuviera dentro de un profundo pozo.Despacio,tanteando con los dedos,sintiendo todo a mi alrededor,me levanté.
No reconocía el lugar;es más,no me acordaba cómo había llegado hasta alli.Miré de nuevo hacia arriba:la luz se iba difuminando,perdiendo todo su color,quedando sólo un haz que no infundía esperanza a mi corazón de salir de alli.

Me voy apagando poco a poco,me pesan los hombros,me tiemblan las rodillas,no me siento el corazón en el pecho,no alcanzo ni a distinguir sus latidos.
Llega el fin,sólo queda oscuridad;ya no distingo ni las sombras a mi alrededor,todo se ha vuelto oscuro,casi opaco,se acabó mi vida.

Abro los ojos.Veo un rostro extrañamente familiar,lo he visto antes.Es el mendigo que llamaba a mi puerta,inclinado sobre mí,con su mano posada sobre mi frente,y una expresión tan agradable,tan calmada,que transmite auténtica paz.

Lentamente,sonríe;con mucho cuidado,me levanta y me lleva de una forma grácil,casi armoniosa,dentro de la casa.Me siento como un niño que se ha caído mientras corría y su madre le cura de esa forma tan cariñosa y natural como solo una madre sabe hacerlo.

Afuera ya no se oye el ruido de la lluvia;es estraño,es como si el mundo se hubiera detenido en el exterior.Tumbado en el sofá,con un extraño moviéndose por mi casa con tal seguridad,como si fuera él realmente el que vive aquí,que me impide pensar si ésto me está sucediendo de verdad,o si estoy soñando...

19 octubre 2007

Deseo morir en tu presencia, alejado del vivir en este mundo.


La verdad de la existencia sin sabor ni conciencia, contaminado por la realidad, la crueldad de las conciencias, sin tiempo para el arrepentimiento con la mente sucia de palabras envenenadas. Con la vida en pie de guerra siento la respiración de fuego de los cobardes guerreros que a mi lado se amontonan sin pensar en la virtud más bella de la vida misma. Siento la vida como un tormento no por mí, si no por los tormentos de la política, el vicio y la tradición de la moralidad infundada en valores caducos y muertos.
Solo el placer atemporal de tu presencia me solivianta en brazos de tu paz y sosiego. Escape de las masas agitadas que se revuelven en el lecho de la sociedad. Tu visión me hace volar entre las nubes aterciopeladas de tu cabello y sin pensar en lo que pienso me despierto en tu lecho, ajeno del mundo y del tiempo. Dulcemente acurrucado en tu vereda me despierto de la ensoñación malévola de la vida misma y lentamente muero sin pensar en el pasado ni en el presente, solo viviendo el sentir de tus sentidos, comiendo de tus labios y bebiendo de los míos. Todo lo bueno y hermoso florece y marchita la vida del tormento. Quiero vivir a tu lado porque a tu lado al vivir me muero, me muero sin dolor ni sufrimiento, muero armoniosamente drogado, sin pensar que soy humano y por lo tanto yerro. De este morir vivir quiero, con tu presencia, a tu lado y sin tormentos.

13 octubre 2007

Equilibrio

Qué complicado se me hace escribir últimamente. De una forma tan rara como sutil, me encuentro en un punto al que jamás había llegado, por lo menos, de forma consciente. Por primera vez en mi vida, puedo decir que estoy en una especie de equilibrio. Un equilibrio que llevo buscando años, fracasando de forma consecutiva, y de repente me lo he encontrado doblando la esquina. Estoy feliz, conforme con mi vida, alegre con lo que me rodea. Aunque, no nos equivoquemos, tengo lastres que tiren por los suelos este sentimiento, pero como dije con anterioridad, quién puede vivir sin sufrimiento ? Aún así, es mínimo. La parte positiva contrarresta de forma tan heterogénea la parte negativa de una visión total. Pocas veces vais a leerme un argumento optimista, alegre y agradecido; y es por eso por lo que se me rompen los esquemas con los que escribo. Estoy perdido en este texto, no me encuentro todavía, jamás pensé que llegaría a escribir estas palabras, pero me dejo llevar. Sabed perdonarme la falta de calidad del texto, es sencillo y cómodo, simplemente expreso mi sentimiento sin florituras ni adornos, no porque no quiera, sino porque no sé.

Aquellos que quieran leer al chico de siempre no os preocupéis, no será larga la espera, he aprendido a vivir de los fracasos, de las derrotas y de los abandonos. Sé que será efímera esta dulzura sentimental, sé que el precio de ser feliz es elevado, y todavía no he pagado por ello. Permitidme disfrutarlo mientras dure, y justificareis mi ausencia como autor del blog.

Bendito este equilibrio, bendito este don, bendito…

04 octubre 2007

Realidad onírica

Que grata sorpresa me he llevado cuando la peor de mis pesadillas y mi sueño más esperado he visto realizado. Una bella criatura por mi recuerdo nunca olvidado ha pasado la noche dormitando a mi lado.

Una rotura inoportuna de un objeto inadecuado me llevó de vuelta a sus brazos. Después de una tensa aparición, coloqué el dichoso objeto en su rincón, nos miramos con sentimientos aprisionados y desaparecí una vez más de su lado.

Por doquier solo pensaba en ella y bajando las escaleras me acordé de una taberna que estaba cerca. Bebí tequila, un chupito detrás de otro y sin perder la memoria pero olvidándome de la compostura, me decidí a decirla lo que me tortura.

Subí torpe y apresuradamente las escaleras y cuando golpeé su puerta mis palabras fluyeron libres con el viento. Sin miramientos salía de mi boca el primer sentimiento. Quiero dormir a tu lado, sin arrepentimientos ni atrevimientos, solo dormir como enamorados.

Con muchas dudas en la cabeza ella aceptó por misericordia y pena. No nos desnudamos, tan solo nos fundimos en un abrazo y finalmente el amanecer me ofreció un regalo. Despertarme con su mirada y una caricia enamorada.

21 septiembre 2007

El hombre de Otoño

Miseria. Suspense. Debacle. Desdicha… Vuelan las hojas de la estación marchita a mi alrededor. Los niños ya sólo colorean con los lápices de color marrón y gris… Tiempos de frio se acercan sigilosamente para llevarse lo que llevan buscando hace ya muchos otoños. Yo, impregnado de irregularidad, estaba nervioso por el encuentro inminente; le espero sentado en el mismo lugar donde le he esperado año tras año. Los árboles que me rodean se rinden al azote del viento y dejan caer sus brazos, las nubes en la confusión del tumulto, bajan a ver qué sucede...

Un señor poco llamativo, aunque de aspecto dudoso, sale entre la bruma dejando de tras de él una estela pomposa de misterio. Me asusté, pero inmediatamente reconocí el perfil del sombrero que llevaba puesto, tan perfectamente calzado en su cabeza que parecía una prolongación de él mismo. Él, muy educado como siempre, me pide permiso y se sienta a mi lado después de recibir mi aceptación. Me ofrece un cigarrillo, el cuál rechazo –la conversación va para largo- mientras deja caer la mirada al suelo. Nos quedamos sentados en un silencio cómodo, signo de ser viejos conocidos, viendo siluetas perdidas en la inmensidad del suburbio. Sentía que la primera palabra iba a salir de su boca pero sale la mía al mismo tiempo, formado una única palabra al unísono. No entendemos ninguna de las dos, nos volvemos a enmudecer. El humo de su cigarro se pierde en el velo de inseguridad que me envuelve, se fusiona con las nubes que no me permiten ver la salida, la puerta de atrás.

Finalmente, apoya su mano sobre mi hombro y al oído me sentencia: “Lo siento, llegó la hora…”. Shock. Nudo en la garganta. Pulso enloquecido. Pupilas dilatadas. Una vez más, como si de un ciclo se tratara, oí el silencio que quise mantener mudo por mucho tiempo, el silencio interior que a gritos me decía el por qué de nuestro encuentro no casual. Pensé que era el fin, estaba en una situación de “stand by” por lo que el hombre del sombrero había pronunciado; por aquella frase que soltó pensando que ya la tenía asumida, que ya estaba concientizado de ello, que no había vuelta atrás… -“No me hagás esto, me lo llevás haciendo año tras año desde que tengo uso de razón… ¿por qué sos tan injusto? ¿Por qué siempre crees que llevás la verdad por delante, por qué sos tan orgulloso, arrogante e insolente; pero al mismo tiempo te aprecio tanto?”- Dije apresurado. Inmediatamente sueltó una carcajada con desparpajo. Movía los hombros al son de su risa, para hacerme entender el énfasis con el que suelta el alarido. Se quita el sombrero en señal de cansancio, y continuamos con nuestra conversación.

El diálogo sigue el curso de lo previsto, un monólogo dual de horas y horas que se consumen al ritmo de su cigarrillo. Todo llega a su fin y parecía que el encuentro también. Sin embargo, mi cuerpo, ya a la deriva por el oleaje de sus palabras, le increpó con esa fe estúpida que tenemos los seres humanos en las situaciones más críticas: “¿Algún día vas a volver?” – Cuestioné. La figura errante me contestó al mismo tiempo que se rascaba la barba de su sabiduría “Tiempo al tiempo joven aprendiz, no quieras aprender tan rápido. Que si estás sufriendo por hacer honor a mi nombre, sabés que acá sólo hay un culpable, y ése… sos vos”. Me di cuenta, al instante, de lo que me quiso decir. Sobraron las palabras…

-“Por lo menos dejáme algo, se que la culpa es mía pero yo también soy orgulloso y tentativo. Pinta un otoño muy crudo en el que va a reinar la soledad. Lo sé, he pasado antes por esto”- Supliqué. Se quedó recapacitando unos momentos la resolución de todo cuanto sucedió… y finalmente con voz ronca respondió: “Espero no volver a verte pronto, nos reunimos demasiado a menudo. Y lo peor de todo, es que esto no te beneficia, siempre acaba en tragedia”. Percibí un tacto a desconcierto en el aire húmedo. Me desorienté. Creí por un momento que estaba hablando con la persona equivocada, no entendía esa respuesta… ¿con quién estaba hablando? (Nadie me comentó que segundos más tarde entendería todo). Un olor a derrota, un olor a miedo, un olor a desencuentro se dejó sentir.

Finalmente, y sin preguntarme, se sacó la bufanda que llevaba puesta. Una bufanda del color del atardecer, de un color tan especial como elegante; con perfume a él, con su fragancia a seriedad, a respeto. Y en forma de despedida dijo: “Te dejo esta bufanda, prenda indispensable en mi vestuario. Cuidála. A su tiempo sabrás para qué te la di, no pretendas saberlo ahora; ahora simplemente utilizála como prenda para pasar este otoño cruel…” – Con cuidado, como si de algo místico se tratara, la tomé en mis manos mientras observaba como aquel hombre, después de volver a calzarse el sombrero, con buen porte y pasos silenciosos, se alejaba por el mismo camino por el que había venido a mi encuentro.

Casi ya perdido en el espesor de la niebla, me di cuenta de un detalle que captó toda mi atención. Salí rápidamente detrás del hombre, gritando como un loco para decirle que se le había caído una tarjeta. Ya hablando en soliloquio (no escuché más que la voz de mi eco en las fachadas de los edificios), me agaché y levanté del suelo la tarjeta personal que ya no tenía dueño. Sentí la curiosidad de un niño pequeño de saber qué era o a quién pertenecía. Ahí concebí todo, entendí sobresaltado con quién había estado hablando. Me equivoqué. Inquietado leí, minuciosamente escrito, en aquella tarjeta la palabra “Desamor".

Ahora, angustiado, comprendo todo. Ahora y más que nunca, entiendo la razón que tenían cada una de sus palabras, entiendo por qué su bufanda me abrigó durante todo aquel otoño, y también por qué sentía que la bufanda me apretaba tanto el cuello que me ahogaba, me hundía, me asfixiaba. Lo único que me sigue desconcertando de la bufanda, (esa pieza perdida que hay en todos los puzzles) de esa bufanda larga color fuego; es el olor a desamor, pero también a amor… olor a esperanza.

Mientras colocaba la bufanda alrededor de mi cuello, como hice durante largo tiempo, leí el anverso de la tarjeta, que apuntaba: “el tiempo pone a todos en su lugar”. Y mientras recapacitaba sobre esa máxima, empieza un otoño más, cruel y solitario como todos los anteriores; sin embargo, esta vez no… No, esta vez no. No te espero sentado en el mismo lugar de siempre. Hoy no me busques porque no me encontrarás.

17 septiembre 2007

"Aquel chico" buscando el "cieloazzul"



Era una noche sin luz. Las nubes ocultaban las estrellas y la luna se escondía de personas extrañas. Un chico vagaba sin rumbo, solo con sus pensamientos. El suelo, seco y agrietado, le acompañaba en cada paso. Con la cabeza cabizbaja sin vida en la mirada buscaba en la tierra la luz que le faltaba.

El cielo viendo la extraña figura, lentamente la curiosidad la inundaba. Las nubes se despejaron para que el cielo fijase la vista en “aquel chico” que la intrigaba. El sol sin pausa ni sosiego fue matando a la noche y el cielo empezó a ruborizarse. Un rayo de luz llamó la atención de “aquel chico” y si darse cuenta había levantado los ojos del suelo.

El cielo atornasolado se volvía azul de contento pues descubría el rostro de un amigo largo tiempo buscado. A “aquel chico” se le iluminaba la cara con el “cieloazzul” que devolvía la vida perdida de su mirada.

Desde ese día “aquel chico” nunca baja la vista, siempre observa el “cieloazzul” que le acompaña.

13 septiembre 2007

Una imágen vale más que mil palabras

Y sí, no tuve remedio, me gustó esto de “andar haciéndome” el Argentino. Aún así, no estoy acá para esto, ni para lo otro; sino para todo lo contrario (Gracias “Les Luthiers” por esta hermosa expresión). Hablemos de cosas menos importantes, hablemos de los que tenemos el don de la palabra, hablemos de los que hacemos del alfabeto un juego interminable y aleatorio, hablemos de hablar…o mejor dicho, de escribir.

Hay casos generales, patrones que con facilidad se cumplen, consejos que cualquier “pibe” puede seguir para escribir, herramientas tan útiles como la propia llave para abrir una puerta. Pero “esto” va más allá del umbral de las puertas de la intelectualidad, de las puertas de la información, de las puertas del vocabulario, de las puertas del saber; “esto” es una ventana. “Esto” (y no aquello) no es una ventana, es LA ventana. Es esa ventana a través de la cual, miraron cada noche la luna personas como Borges, Shakespeare, Bécquer… la ventana que abrieron cada amanecer para oír el insoportable ruido de los pájaros, la ventana que les (a mí incluido) hizo ver lo que no querían ver, la ventana que mancharon con la locura y la atrocidad de una juventud marcada por el don de la palabra. ¿La juventud marcada por el don de la palabra, o el don de la palabra marcada por sus juventudes ? He ahí el núcleo de mi reflexión. ¿Somos propietarios de escribir lo que sentimos en cada momento, o lo que sentimos en cada momento es propietario de lo que escribimos…? Qué más da, sea lo que fuere, soy esclavo de la escritura, y mis papeles del divorcio están plastificados.

Todos me preguntan: ¿Cómo lo hacés? ¿En qué te basas? ¿Cómo…pero…en fin…quién? Siempre me ponen entre la espada y la pared, yo atontado respondo: “Y…no sé viste, escribo nomás…” (se me escapó el acento involuntariamente).He escrito sobre la vida y la muerte, sobre el amor y el desamor, sobre la amistad y la traición, sobre la felicidad y la tristeza…rectifico, no he escrito, jamás escribí. A mi me escribieron.

Me preocupan las manchas de tinta que aprecio en mi alma. Me “escribieron” las líneas de todos mis seres queridos ya fallecidos, cada epitafio está grabado en mi libro del recuerdo, uno de los más grandes de la biblioteca que forma mi ser; ignifugo, impoluto. Me “escribieron” las líneas de todas las veces que pensé en la maldad, la injusticia, la crueldad, la hipocresía, la indignación, la frustración, la “no piedad” de los verdugos; cada conjugación de esas palabras me crea una alergia registrada en mi libro de la consternación, también voluptuoso aunque manoseado y ojeado (del uso temporal que alguna vez en mi vida le he dado). Me “escribieron” las miradas al suelo, las mandíbulas apretadas, los puños cerrados, la ira, la rabia, el orgullo y el ego; y tantas otras recolectadas en mi libro de la desesperación, el más llamativo de mi biblioteca, el menos leído porque me lo sé de memoria. Me “escribieron” con letra chiquitita y en cursiva; la felicidad, lo bueno de lo malo, la sonrisa de mis padres y mis hermanos, la humildad, el honor, la solidaridad, y el aprecio a todo cuanto me rodea; en el libro del maestro, el libro que convierte a los mezquinos en caballeros, el libro del ser humano. Éste es el más pequeño de mi biblioteca, pero está repleto de marca-páginas.

Me encanta escribir, lo hago por placer, mis dedos acostumbrados al vaivén del bolígrafo sobre los folios vírgenes impacientes de saber qué es lo que voy a escribir esta vez. Es una sensación que no puedo describir, es un cuadro de arte moderno que sólo entendemos unos pocos, es una pieza de puzzle, es la cuadratura del círculo.

Todo iba perfecto en la ampliación de mi biblioteca personal, esa que he descrito anteriormente, pero las cosas nunca son fáciles, no existen los finales felices para mis palabras. Una tarde me fui, la dejé abandonada temporalmente, me evadí, me “despisté” y se abrió la ventana de la biblioteca, pero no una ventana cualquiera, se abrió LA ventana. Viento, confusión, ruido, papeles volando por toda la biblioteca, de todos los colores, tamaños y texturas. Siguió el viento y comenzó la lluvia, ahí me di cuenta que jamás tendría que haber despistado esa biblioteca. El viento entraba por LA ventana, el agua de lluvia también, el caos reinó imperativamente durante un día y una noche. Cuando todo acabó, lloré y lloré al abrir la puerta. No podía creer lo que estaba viendo. Tartamudeé pero me auto-culpé. Yo involuntariamente había abierto LA ventana. Gracias a aquel hecho, hoy escribo, pero pagué el más alto precio por ello. Maté (se fue volando) la perfección que rozaban los autores como Borges, Shakespeare, Bécquer… Perdí el significado de lo que significa escribir, y lo peor de todo; todos los papeles que componían mi biblioteca estaban desordenados, mojados… algunos rotos, otros habían volado, otros no se entendían.

Jamás me perdonaré aquello, es algo con lo que tengo que vivir, todavía a día de hoy sigo ordenando los papeles, ya mezclados en diferentes libros, sin rumbo fijo, sin las ideas claras, algunos recuerdos borrados, algunas de las hojas de mis sueños rotas, nombres de personas a las que he olvidado, la humildad voló por la ventana…un desastre. Me prometí a mi mismo romper los cristales de LA ventana, ventana que provocó este desorden emocional. Pero tiene algo, algo tan especial y atractivo, que yo la cuido.

Ahora soy yo, aquel chico que se asoma cada noche a ver la luna, ahora soy yo el que abro cada amanecer la ventana para apreciar el insoportable ruido de los pájaros, yo el que veo lo que no quiero ver. El que ahora mancha la ventana con la locura y la atrocidad de mi juventud marcada por el don de la palabra. Locura que me produjo abrir la ventana con la que respiro, la que nunca debí abrir, la ventana de la escritura.






P.D.: “Una imagen vale más que mil palabras”. Estaba perezoso, no quise buscar una imagen en Google que expresara todo lo que he escrito. Todo lo que he escrito en 1.001 palabras ;)

10 septiembre 2007

Penas de Bandoneón

He de confesarlo, no resistí al llamar de la patria. Me pasé unos momentos medio infiltrado medio invitado por el vínculo que hay en nuestro blog al blog de “Encendida en Buenos Aires”. Me llamó tanto la atención el nombre que pensé, por qué no perder 5 minutos de mi vida, en ver un blog al que después le tendré que agradecer más de 5 minutos. Y una cosa llevó a la otra y aquí estoy (una de tantas), sentado delante de la pantalla, la cual parece que estos últimos días me entiende mejor que nunca. En el aire, música que derrocha calidad, “Pulso” de Bajo Fondo Tango Club, la misma que musita de fondo en el blog visitante.

Una amiga me propuso, ¿ por qué no escribes algo en argentino? Y al principio “no le di ni bola” pero después pensé en lo dulce y apasionante que podía ser la idea. Obviamente lo escrito pierde mucho, oralmente sería un gusto para todos aquellos que les gusta nuestro acento, más recalcado en mi caso, por tener un pasado porteño. Y así fue la sucesión de hechos, espero que les guste lo que sea que esté ensuciando estas páginas de internet.

[ Al mismo tiempo que mis pupilas, ya cansadas, se movían de izquierda a derecha empalagadas por el alto contenido emocional que tenían las palabras de aquel blog, mis oídos lloraban la pasión de un buen tango. Me trajo recuerdos de lo mejor y lo peor de mi patria, de mi país, todavía mi país. Vivo y no de otro modo agradezco el vivir en España, nuestra supuesta segunda patria, pero lo siento “gallegos” lo digo de alma, como el sentimiento Argentino pocos. Será por el orgullo, será por el ego, será…será, pero pintamos una bandera albiceleste con el azul del cielo y el blanco de las camisas de nuestro papás, los cuales un día fueron emigrantes.
Calles empedradas por las que recorro durante mi paseo emocional, tantos dulces recuerdos, tantas ilusiones que se quedaron allá, tantos buenos amigos, tantos…. Aprovecho cada pequeño símbolo que hace referencia al mundo más allá del charco, para decirle a mi corazón: “ves, ves querido?!!, nunca dejés de mirar de donde viniste, porque sino, no sabrás nunca a dónde vas…” Y él baja la cabeza y me contesta resignado: “si estuvieras allá, no faltarían las noches sin las penas de bandoneón, las noches perdidas en las palabras del nuevo lunfardo, las noches en las que un buen paso de tango parte corazones, y el olor a despedida es irremediable…”.

Esos porteños, que soportan todo el peso de la historia, de una historia truncada, de fantasías de pendejos con mil sueños rotos, sueños que pasaron de llamarse Argentina a llamarse Europa. Sin embargo, es un estado de embriaguez hablar de “La Argentina”, y más concretamente de mi Buenos Aires querido… Del sentimiento de un buen pibe, al que nunca le importó la guita, el que siempre giraba las esquinas de una ciudad marchita por momentos, y sin embargo sonreía. Buenos Aires, una ciudad, la ciudad… esa ciudad que posee la cara feliz y la cara triste de un país en decadencia, el último resquicio de un alma que se pierde por sus calles, con el mejor tango de Caminito de fondo, o la cara de Gardel en San Telmo. No me quiero olvidar tampoco del olor ácido que me dejó la frustración de un pasado traicionero, un pasado que se repite en la historia de 38 millones de personas.

Vendería mi alma al diablo, y a precio muy barato, sólo porque personas como ustedes, entendiesen algún día el corazón desnudo de un argentino, vibración que a 14000 kilómetros no me impide y no me da pudor en defender a los míos siendo culpables de gran parte de nuestra crisis. Pero entiendan queridos lectores, que todo esto va más allá de una crisis económica, o de unos políticos corruptos; esto es mucho más que eso. Esto es… ser Argentino. ]

Y así acabó la noche, el diablo contento con mi alma, mientras toca el bandoneón perdido en algún rincón de mis recuerdos, las notas tristes caen al suelo, y yo las recojo una a una para componer mi pasado, mi historia en la patria que un día me lo dio todo y al siguiente me lo arrebató. No sólo se llevó mis pertenencias, también se llevó mi corazón, corazón más de allá que de acá, corazón Argentino.

Ahora te toca a vos, querido diablo, dame lo que aquel día me prometiste, hacéles entender lo que es un tango triste… muy triste.

05 septiembre 2007

Mi Misantropía


No me alces la mirada, no quiero verte la cara. Tanto sentimiento alocado hace que me duela el alma. Todo lo que me rodea me produce tristeza. El abatimiento del corazón es una pesada carga que ni el omnipresente tiempo lo sana. Me siento harto de la vida, cansado del mundo, asqueado de la gente que me mira. Cualquier objeto, cualquier palabra me produce bilis y se me atraganta la vida desprotegida y desamparada.

Tu recuerdo, tu recuerdo aparece por doquier. Cierro los ojos y allí te veo, los abro y te vuelvo a ver. Intento odiarte por muchas cosas justas y un millar de cosas más que ni yo mismo me puedo hacer entender. Todo es en vano, no puedo hacer nada, la impotencia es un arma mellada que me tortura de forma desenfrenada.

El recuerdo de haberte tenido hace odiar mi vana existencia desnuda de tu presencia.
Sin fortuna en mis incorrectas decisiones el arrepentimiento es fútil, pues el paso del tiempo hace abrupta la vuelta hacia donde me encontraba encadenado a tu amor. Ahora tan acompañado de la nada y con la libertad del abandono no soporto las miradas.

No soporto tu presencia, no soporto que me leas y odio a la dicha enamorada. Si pudiera romper las sonrisas en los rostros cariñosos, con rencor me desgarraría el pecho para lanzarte a la cara mi espinado corazón. La sinrazón me inunda el anegada alma. No te confundas no son celos, es antipatía por mi decisión de aparente fundamento. No te confundas no soy antipático, simplemente muy a mi pesar, sigo enamorado sin tener que estarlo.

31 agosto 2007

Caricias de Seda




Perdidas caricias de seda
buscadas por mis manos, deseadas
por mi mirada

Tenue sufrimiento se desvanece
para morir entre la caricia
que suavemente me mece

Bocas entrelazadas
llenas de sensaciones
dulcemente adoradas

Profundizo entre tu ropa
buscando la llama
que me despierte del coma

La pérfida lectura de pensamientos
guardados por el cómplice tiempo
me elevan con funestos vientos

Quizá las caricias de seda
sean deseos colmados de pasión
promovidos por tu mirada

29 agosto 2007

Mi reloj de arena

No pudé más...me derrumbé. Después de darle tantas vueltas al
reloj de arena, se me resbaló cayéndose al suelo.
Los segundos se hacian eternos, había retado al tiempo.
Los mil y un granos de arena que han guiado mi existencia
ahora estaba desparramados por el suelo de mi habitación.
Desesperado por lo torpe que había sido por no cuidar lo que más
quería, mi tiempo, me arrodiyé ante él y dejé caer la única
lagrima que me quedaba después de sangrar por todas las heridas
de mi pasado, el cuál intenté dejar atras con la ayuda del reloj.

En aquel pequeño momento al que llamamos segundo, en el que
mi lágrima desafiaba la ley de la gravedad, miré al techo intentando
ver más allá, anhelaba ver el cielo en el cuál se suponía que estaban
reunidos todos los que se fueron sin irse para mí, el dios en el cuál
no creo, y aquello que nunca nos llegaremos a explicar.
Una vez más, y no por eso de una forma más austera, de la comisura
de mis labios humedos por el paso de la lágrima insolente, salió
tímido pero con voz profunda el por qué que andaba buscando en
el reloj de arena, el por qué que estuvo oculto durante toda mi vida,
el por qué que ahora habia perdido al desparrar el tiempo...

Fue de ese modo, que al cerrar mis ojos frustrados, sufrí un lapsus,
dejó de tener sentido la vida, y le perdí el miedo a la muerte,
por eso os escribo hoy desde aquí, la meta de cualquier suicida,
la línea que separa llantos de risas, el principio de un fin trágico.
Sin embargo, el destino no correspondido por mi persona, juega conmigo
a los dados. Él fue el culpable de seguir dándome esta voluntad para
escribir letra por letra, frase tras frase... él, y nadie más que él,
hizo que al abrir mis pupilas para ver el suelo de mi habitación,
viese la preciosa flor que había crecido en la arena. La flor del pasado,
del presente y del futuro, la flor de la vida. Y tan es así, que hasta el día
de hoy sigo regando con lágrimas esa flor, porque mi vida es alegrías
y tristezas, blanco y negro... me sorprendo al ver que nunca se marchita,
el tiempo no pasa para ella.

Quizá y sólo mis papeles escritos lo saben, no fue el destino el que pintó
esta situación, sino fue el reloj de arena de aquel chico al que el orgullo le
hundió y por su humildad resurgió, el reloj de arena que noche sí y noche
también duerme a mi lado recordando
el día que desafié al tiempo... pero quién sabe ??


17 agosto 2007

Mentes en Guerra. 5ª Parte

Alegre panadería:

Como un día normal transcurrían las horas de la mañana con el devenir propio de un sábado. Algunas personas entraban con su cesta de la compra, aunque la mayoría venían con las manos vacías, seguramente sin ningún otro propósito que comprar el pan del día.

Al poco de haber abierto se empezó a formar una fila de tranquilos pueblerinos que con el pasar del tiempo se convirtieron en bestias feroces por recuperar los segundos perdidos.

-¡Pero que demonios te pasa hoy! Ya no es hora de dormir, hace una hora que hemos abierto. -La queja de José no hacía el efecto deseado en Álvaro.

-¡Te estoy hablando; date prisa con los clientes! –Saliendo del estupor Álvaro volvió de sus sueños y aceleró el ritmo.

Los clientes se miraban entre ellos intentando adivinar que pasaba por la cabeza de aquel muchacho. Poco a poco la panadería volvía a la normalidad propia de aquel día. Las barras frías, calientes, tostadas, grandes o pequeñas pasaban de unas manos a otras y el dinero entraba y salía del cajón atropelladamente. Álvaro no estaba, no existía en ese momento. Muy lejos de la panadería se encontraba en su mundo irreal, soñando despierto. Nervioso y emocionado deseaba el momento de encontrarse con Sara. Sus ojos miraban a la nada mientras su cuerpo se movía con velocidad en un sin fin de transacciones. Las voces de la calle le trajeron de vuelta con José.

Alguien se abría paso entre la gente a empujones. Entre quejas y voces distinguieron la cara de Ricardo. Era sorprendente e inquietante su actitud, con la cara inmersa en el pánico. Si cualquier otra persona del pueblo hubiese tenido aquella actitud, no habría sido tan escandalizador. Ricardo era una persona distinguida, sosegada y calmada en todas sus actitudes y reflexiones. Un hombre adinerado pero no de los más pudientes de la región.

-¡Ha llegado, es inevitable! Es una locura, como hemos podido llegar a esto. ¡Escuchadme todos! –Entre quejas de escándalo y miradas incrédulas se solicitaba silencio.

-¡Pero que demonios te pasa Ricardo! ¿Se ha muerto alguien?

-¡Los de cemento, los de cemento han caído y ahora requieren de nuestra gente!

Las personas de ciudad eran conocidas como gente de cemento y los de pueblo como gente de tierra o individuos de nivel ocho. Muchos años atrás dejaron de existir las naciones, los territorios o los países. La tierra era una gran extensión de grandes ciudades y páramos desiertos e inhóspitos para la vida humana.

Las ciudades saturadas por la contaminación, las personas y sin recursos naturales, se desprendieron de los individuos de octavo nivel. La sociedad se había vuelto muy clasista y cualquier nimio detalle hacía clasificar en un nivel diferente. Las personas de séptimo nivel no tenían estudios, eran de baja clase y sin recursos financieros, incluso dentro de cada nivel había secciones diferentes. Las personas de nivel siete C eran personas desfavorecidas por problemas maritales.

El séptimo nivel era una desgracia para cualquier persona de bien, pero en el octavo nivel no había personas, existían los individuos. Eran despojos de humanidad, seres sin ninguna utilidad para la sociedad, parásitos de los restos de grandeza del espíritu humano que había creado la sociedad clasista. Ellos fueron los primeros en ser expulsados de las urbes. Muchas personas disconformes con la decisión y en contra del régimen vigente se marcharon con ellos. El ser humano es social por naturaleza y de todos aquellos indigentes y desgraciados, fueron surgiendo pueblos y comunidades por el poco territorio que se mantenía fértil.

-¡El emperador, con el consentimiento de la cámara de representantes ha proclamado un mandato que nos obliga a luchar a nosotros! Parece que la guerra es más cruenta de lo que en un primer momento se había previsto- Los pueblerinos se quedaron atónitos intentando explicarse lo que exhalaba Ricardo.

-No tienen ningún derecho a pedirnos o a exigirnos nada, nunca hemos tenido relaciones con la gente de cemento y ellos no las han querido tener con nosotros- Sentenciaba José con calma y sosiego.

-Argumentan que es una guerra que concierne al mundo entero y que eso nos incluye a nosotros. Dicen que tanto ellos como nosotros tenemos muchos intereses en Leinad.

-Ciertamente la gente de cemento invirtió muchos recursos en Leinad, pero nosotros no tenemos ningún interés en ese planeta.

-Querido amigo José, como tu bien dices se ha invertido mucho dinero, personas y esfuerzos en ese planeta. Se ha invertido tanto que sospecho que la gente de cemento sabe algo que nosotros ignoramos acerca de Leinad. Y además indistintamente de lo que se sepa o se deje de saber, la gente de cemento tiene el poder suficiente como para obligarnos a ir a la guerra.

El silencio inicial y el murmullo de los pueblerinos dentro de la panadería era una confirmación de las palabras de Ricardo.

07 julio 2007

Las Cadenas de la Desesperación

Suaves cadenas que aprisionan y encierran a este corazón enamorado. Cadenas que con cariño y dulzura amargan la libertad del espíritu. Sus caricias son suaves en la piel curtida. La pasión colapsa las extremidades y el sentido del tacto se adormece con el rozar de las cadenas.

Dulce odio que emerge de mis entrañas y pérfido amor que florece en mi corazón hacia las cadenas de mi prisión. Sin saber cómo ni porqué se consume mi mente y permanezco inmóvil. El romper las cadenas sería desquebrajar mi corazón, herirlo quizá de muerte. Al cuidarlas para siempre mis huesos se pudrirían en el recoveco de mi esclavizada existencia.

Salir de la niñez, madurar hacia la libertad, poder volar con las alas del libre albedrío es un sueño imposible de lograr con tus cadenas que me impiden despegar. Volar con la brisa que empuja mi alma, galopar con el viento entre tus piernas y sin cordura ni remordimiento soñar que te tengo entre mis brazos, soñando despierto.

23 junio 2007

Mistakes...

And I'm still falling in every hole I see
it's so hard to stand over here
while everything is getting worse
I'm waiting for the right moment
to open the window in my mind
not to get surprised again
not to feel what I felt...
and once again the history goes back
it continues the cycle of ever been
people who seem what they aren't
people that smile and then stab you with pain
"no mercy" runs for his veins
"born to discriminate" in his foreheadand
...and I’m still falling in every hole I see,
waiting the answer from my own lord
please, help me, help me... lied on the floor.

Tom "Aquel chico..."

08 junio 2007

"Contrastes..."

Hemos de observar esta cruda realidad,
sabemos que no hay uno sin dos,
y no hay sociedad sin dios;
pero de parejas es de lo que voy a hablar,
cansados de oír lo del ying y el yang ?
la fina línea que separa el bien y el mal ?
la diferencia abismal entre el azúcar y la sal ?
esa big mac que te dicen súper o normal ?
la indecisión entre diesel y sin plomo,
cuando estáis a dieta lo como o no lo como ?
los pequeños equivocan el orangután y el mono;
y si de ásperas tendencias habláramos
nos separarían entre griegos y romanos,
entre suevos y alanos,
entre primos o hermanos,
amigos íntimos con los dedos de una mano;
pero sabemos diferenciar un negro de un rumano,
diferencia el ateo del cristiano,
algo sagrado y religioso de lo profano.
En física cuántica nos metemos,
al hablar de filosofía y ética
división entre rareza y estética
abismo entre original o patética
un soneto, su verso y la métrica
los que tocan española y los de eléctrica
los alonsistas y su cielo azul
que una estrella robó de su bandera estambul,
aarrggg, yo prefiero burn a red bull;
y si te das cuenta ,
relaciones y uniones que aparenta
una pactada complicidad
puede ser que sea lo que nos falte
un poco de felicidad.
Porque los millones de nombres que te puedo citar,
en constante binomio te los puedo recitar,
aunque siempre hay un fallo en el sistema central
comidas de cabeza y sin inspiración mental,
es la unión entre tu hambre y mi ramadán,
tu eres esa eva del pobre adán,
y comiste la manzana que ya no te dan,
a causa de lo que se produjo el corte del nodo
en nuestra propia red Lan...

Tom "Aquel chico..."

04 junio 2007

Es un juego, nada mas


Una vez me dijiste te quiero,pero no se si es de verdad , o es solo por decir y tenerme en la palma de la mano, quizás es mi culpa por hacerme ilusiones con facilidad al decirme cosas bonitas.Pero hace poco te vi mas interesado, me hacías mas caso, y ahora antes de irme y no volver a verte hasta dentro de un tiempo, no se si lanzarme a la piscina con los ojos cerrados o esperar a ver si está llena y ver que no me daré ningún golpe ni hacerme daño como siempre.Pero... ¿¿Qué es el amor si no arriesgas?? Es un juego en el que a veces se gana y otras se pierde, es un juego en el que no hay reglas y que si de verdad te importa una persona darías tu vida por ella sin importarte otra cosa...

01 junio 2007

Separación


La comisura de sus labios parecía impenetrable, no obstante tomé la firme decisión de buscar un espacio fácilmente conquistable.

Su mirada amenazaba mi alma y con simplicidad sublime me cogió de la mano. Contando los segundos por mi mente pasaban mil y un pensamientos. La brisa del aire se movía entre nuestros dedos. Mi corazón bombeaba frenético frenesí de pasión incontrolada. El calor de mi cuerpo contrastaba con el frío del viento y sin embargo no había mejor lugar del mundo para estar a su lado. El sol empezaba a manchar con tenues rayos dorados el cielo estrellado. El tiempo corría junto con la desgraciada y fatídica hora sin que pudiera hacer yo nada para remediarlo. Finalmente viendo nuestras caras iluminadas supimos que nuestro sueño estaba a punto de acabar. El destino quería separarnos y no podíamos hacer nada para impedirlo. Ella se fue para siempre, y con indescriptible agonía prosigue el largo camino de mi vida.

20 mayo 2007

Las formas del viento

Quien no ha pensado alguna vez en la vida: los amigos,la familia,el trabajo,tu barrio,tu gente... Todos vienen y se van como han venido: en un suspiro.
Quién dice que todo dura; somos frágiles seres que suspiran por encontrar un lugar en el mundo: nacemos,crecemos,nos desarrollamos y morimos. Y en este transcurso del tiempo,aprendemos a convivir con nuestro alrededor,mas no terminamos de hacernos hueco: necesitamos a otros que nos apunten nuestros logros,que nos critiquen nuestros errores y faltas. Sólo nos desarrollamos plenamente cuando entramos en esa vorágine social tendente a regularnos,a frenarnos,que nos hace luchar por lo que ansiamos,por nuestros sueños,por ese sueño que solo vemos individualmente...

Somos hojas de otoño,planeamos desde lo más alto hasta el suelo; sin apenas esfuerzo aprovechamos una corriente de aire y ascendemos de nuevo,viajando a remotos lugares que ni habíamos imaginado visitar,meciéndonos suavemente con la brisa del viento,tranquilamente,en calma.

Sueño que viajo hacia un lugar donde todo sea posible: continuamente me muevo,me desplazo ligeramente,vuelvo donde estaba antes...no me importa adonde vaya,estoy tranquilo,me gusta lo que veo,me gusta con quién voy,hay infinidad de hojas de todos los colores,tamaños y formas viajando conmigo. De aquellas me separo,éstas continúan a mi lado; haga lo que haga y vaya donde vaya,nunca estaré solo.

Sólo espero acabar en un tranquilo y solitario bosque junto con miles de hojas como yo,esperando que llegue el invierno...y que el viaje haya merecido la pena.

09 mayo 2007

Tiempo de Cambio

Te has despertado una mañana diciendo
hoy me voy a comer el mundo?.
Abres la ventana, subes la persiana,
el sol te brilla en la cara...
sonríes, piensas y rompes con la rutina.
Te vistes diferente, te sientes especial,
pareces alegre y enciendes el hilo musical
subes el volume; es tu canción favorita
la empiezas a cantar y te incita
a seguir y bailar...
en pleno trance de sonido,
entra tu madre con estampido
se ríe.... te mira:
“tienes el desayuno en la cocina”
“gracias mamá, espera que ya termina”.
Acabada la sesión de trance
estás cansado pero emocionado,
bajas rápido a la cocina
te sientas, te arrimas...
estás tan decidido que hasta los cereales te has comido
te mueves, sigues y clavas tus pupilas...
te dan la noticia, pero al principio no lloras
dándote cuenta de lo que te espera,
la sonrisa ya no es doctrina.
Te cambia la cara, te agarras el pelo
te das por vencido, eso es veneno
la risa pasa a llanto y de pronto...
el paraíso muere en el asfalto.

03 mayo 2007

El valor del Sufrimiento

¿ Por qué tememos al sufrimiento ? Es una buena pregunta, la gente se cree que la vida se basa, en minimizar y reducir al máximo los momentos de sufrimiento a lo largo de la vida, y no es acertado. La vida tiene momentos de alegrías y momentos de sufrimiento, y de esa lucha entre lo bueno y lo malo, entre lo alegre y lo triste, se basa el fundamento de nuestra vida. La vida sin sufrimiento no sería vida, la gente sin sufrimiento no serían seres humanos, el ser humano tiene que ser digno de ganarse su propio sufrimiento, es un trabajo vital, desde que nacemos hasta nuestro último adiós trabajamos en superar nuestro sufrimiento propio, nuestro calvario personal, que cada uno lleva a su medida.
A nosotros no nos ha tocado saber, nos ha tocado creer, y es en eso en lo que nos basamos cada uno desde su perspectiva sobre el fin del sufrimiento, en nuestras creencias, aunque no quita que aceptemos el sufrimiento como las mismas alegrías de la vida. Al ver llorar a alguien, normalmente lo captamos como un signo de debilidad, y no es para nada correcto, sino todo lo contrario, es un signo de valor, de coraje, de madurez personal, tan profundo que realmente nos damos cuenta, que lloramos para hacer frente al sufrimiento que tanto nos cuesta superar. Esas lágrimas que siempre quedan marcadas, son las lágrimas de la maduración, son las lágrimas con las que llenamos el vaso de valores personales, son las lágrimas con las que regamos la base de una moral firme cuya semilla plantaron nuestros padres en un pasado.

Quien diga que el sufrimiento es innecesario, no sabe lo que es llorar, y lo que es peor, quien diga que el sufrimiento es innecesario, no sabe lo que es la alegría, porque sin sufrimiento, no hay alegría verdadera...
Tom "Aquel chico..."

23 abril 2007

Take it easy


El silencio en un rincón de la habitación,
no se atrevía ni a mirarme a los ojos
me reflejé en el espejo y me confesé todo lo que me tenía que confesar,
se cruzó por el resplando de la luz de fondo
una nueva idea, un nuevo modo
¿ por qué siempre en verso y nunca en prosa ?
¿ por qué siempre un clavel y no una rosa ?






Por eso, me aventuro a mi propio descubrimiento de Las Indias, mi horizonte, mi fin, mi objetivo, mi principio y mi fin... mi prosa.
Para aquellos que no pasan por su mejor momento, y para aquellos amantes del melodrama, les dedico estos versos no escritos en verso, en prosa, sobre mi propio drama...

El problema siempre tiene solución, al final, ya resuelto, lo miras y dices claro, como me he podido agobiar por la búsqueda de una solución tan simple y sencilla como esta..." Pero realmente cuando estas dentro del problema, no te das cuenta, no aprecias la realidad, el ser humano no es para nada objetivo y nunca lo será, buscamos el bien propio a toda costa, y en su día nos saldrá caro.
Sin embargo, cuando estamos en nuestra nube pomposa de problemas es como la vida, una cosa trae la otra y el problema llama al problema... y uno tras otro sin respiro, te agobias tanto por la presión ejercida por cada uno de ellos que no sabes qué pensar y cual resolver primero y finalmente no resuelves ninguno, pobre de nosotros. Luego vienen los amigos, que en mi caso sinceramente, sí me han llegado a ayudar para ver las cosas claras más de una vez, pero realmente los problemas problemas nunca los resuelven, lo tienen que vivir en su propia carne para dar una opinión válida, existen los apoyos, los ánimos; no sirve de nada, estas tan hundido...
Por otra parte, no digo que lo dejéis de hacer, fuimos hechos para apoyarnos los unos a los otros y así debe ser... yo simplemente doy una ridícula y espesa, sin ser [por supuesto] nada objetiva, visión de la vida vivida ...en esos 194 meses vividos he viajado mucho [afortunadamente], me he peleado mucho, afortunadamente también, porque es casi lo que mas me ha enseñado después, claro está, de mis padres; también he amado y (supongo) que por alguna insignificante persona dentro de estas 6.000 millones de personas sobre la faz de la tierra, he sido amado. Todo esto solamente me lleva a pensar que he vivido, me queda mucho , pero las bases están colocadas, una educación, una enseñanza, una disciplina, regia y en su justa medida. ¿Pero merece la pena agobiarse en esta vida de apróximadamente de 1018 meses en los cuales ya he gastado parte de los mejores, esos 194 meses iniciales ? ¿ Lo merece ? Claro que NO, daros cuenta vosotros, sí vosotros que me acompañáis a lo largo de la vida: padres, hermanos, tíos, abuelos, primos, amigos... Daros cuenta, que estáis en frente de una persona muy sentimental, melancólica, romanticona, pensativa, dubitativa, espiritual y en sí mismo especial, el cual [he aquí presente] no quiere más agobios, soy el peor aliado de los problemas aunque a veces sea amigo del diablo, únicamente para protegerme de lo ridículo y humillado que a veces me siento...

Tom "Aquel chico..."

18 abril 2007

EL Hombre en busca de Sentido

Soy el primero en decir que no me gusta que la gente publique cosas que no son propias, pero leí esto y creo que sobradamente merece estar en el blog, desde ya aviso que no es mio, ni mucho menos !!! Aun siendo breve, espero que os guste y le veais el trasfondo tan inmenso que tiene.








"La Historia nos brindó la oportunidad de conocer al hombre quizá mejor que ninguna otra generación (Segunda Guerra Mundial). ¿ Quién es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que inventó las cámaras de gas, pero también es el ser que entró en ellas con paso firme y musitando una oración."





Viktor Frankl "El hombre en busca de sentido"

17 abril 2007

Juntas o separadas....


Arta de que nunca me digas una cosa bonita, parece que no soy nada para tí, que te arrepientes de tenerme junto ati. Siempre lo mismo, las mismas palabras, los mismo gritos nada mas abrir la puerta que conduce a la desesperación.

Intentamos cambiar pero no podemos aunque queramos, hacemos daño a los que están a nuestro alrededor...Pasaran los días, los meses, los años... yo tendré mi vida, tu seguirás con la tuya.... pero cuando nos veamos de nuevo seguiremos como antaño, tu sin que me digas una cosa bonita, yo gritando, sin poder soportarnos y haciendo los minutos y las horas cada vez mas insoportables a los demas....Cual es la solución... habrá alguna? Yo me doy por vencida.... Somos tan direferentes pero a la vez tan iguales....es una pena que todo acabe así....

13 abril 2007

Rencor


El rencor que fermentas en tus venas emponzoña mi mente de malos pensamientos. Esa mirada sin fugas, llena de odio y tristeza; tu vida es un diario con listas negras donde el borrador no existe y la tinta mancha con solo observarla.

Quizás en el recoveco de tu alma exista el perdón aprisionado con candado. Quizás en el fin de los días tu sangre fluya con la sabia del perdón. Quizás si librases una cruenta batalla con tu rencor, en las cenizas de la masacre, encuentres la humanidad que te falta.

Si el amor nubla la mente; tu rencor ciega la razón, aprieta el corazón y envenena los buenos sentimientos.

11 abril 2007

No more words to say


Tantas cosas son las que pienso
tantos detalles son los que se me escapan
tantos malos pensamientos
tantos héroes sin sus capas,
tanta vida desperdiciada
tanta hipocresía y vanidad
tanta rabia en toda la humanidad,
tantos amores que pasan
tantas primaveras en el jardín de mi casa
tantos amores no correspondidos
tantos corazones sin destino,
tantas alegrías inocentes
tantas son las estrellas que pasan fugazmente,
tantas amistades las que marcan
tantas noches en mi cama
tantos besos con su baba
tantos sueños con la almohada
tantas noches desveladas
tanto agua derramada,
tanto tráfico en la avenida
tanta gente con el sida
tantas palabras que no riman
tantos ruidos que dan grima,
tanto papel usado
tanta poesía que he derrochado...
Tom "Aquel chico..."

Un hueco lleno de vacío

En tiempo de crisis a menudo me pregunto, por qué en esta vida es todo tan injusto?. Parece que todo lo que me rodea es una fusta que me golpea y me marca a fuego la conciencia con sus hierros "tristeza" y "dolor" dejando una huella inquebrantable en mí. Un buen amigo, cuya vida fue injustamente valorada y de tal modo arrancada, una tarde peculiar pero solemne me dijo: un buen aprendiz, reconoce el error, no pude sino agradecerle hasta el día señalado todo lo que me habían servido las seis palabras que su boca pronunció aquella tarde. Sabeis?El órgano que me mantiene vivo, al mismo tiempo me mata, ese corazón que por un segundo fue mío siente tu ausencia. Por qué no vuelves? quiero tener tu presencia que me infla el espíritu e imaginar la felicidad no sólo desde la razón sino también con tiempo y dedicación. Porque entre tú y yo había lazos muy estrechos. Esos lazos que semana tras semana volviamos a unir, ese lazo de amistad fue lo que me ahogo, lo que sentí en el cuello el día que te dejaste de ser amigo para pasar a ser ejemplo de vida. No te preocupes ese día aguante todo el tiempo que pude las lágrimas que tanto merecías, pero ante mis ojos tu rostro sonreía y siempre me decías: "venga chaval, vive la vida !!"
Tom "Aquel chico..."

Primavera


Niña de catorce abriles con tu soquita de perlas adornada con azahan con rosas, con azucenas. Quien pusiese linda niña interponerse en tu funda y del jardín de tus labios absorver la sabia nueva...
Tambien absorver mi alma y mi corazón inmenso porque tu eres mi ilusión.Vestida de primavera.

Esta dedicatoria no es mia, es de una persona que me la escribió hace unos años cuando cumpli mis 14 años y desde siempre me ha encantado. Espero que os guste tanto como ami.

10 abril 2007

Sangre de pluma



Y una vez más, me dispuse a cojer la pluma para dejar caer las gotas de tinta que pintan mi vida. Gotas de sufrimiento, dolor y angustia a las que me someto... gotas que retumban en el silecio de mudos; gotas que hacen de cada golpe o destello de luz, un mundo inigualable en el que todos quisiéramos vivir. Es ahí, donde en el eco del golpe de una gota de mi pluma al caer, se mezcla con una lágrima que se apuró a salir de mis ojos perdidos sobre el papel; borrando así, las líneas más bonitas que jamás recité... fue de aquel modo como me di cuenta, desperté y reaccioné ante el estímulo que me hacía sentir y palpitar una sención inconfundible. Aquel momento, en el que la aguja del reloj jugaba conmigo, fue el día que lloré pensando en ti, en ese paraíso idílico y extraterrenal en el que sueño con sólo ver una sonrisa que esboza tu boca. Me quedé en silencio y mientras mi pluma seguía sangrando, me acordé de esa amistad inconfundible y veraz que apoyas día a día más allá de cualquier tipo de interferencia u obstáculo... esa gota, aquella partícula de tinta que cayó desde mi pluma.... fue la gota, que puso punto y final a este poema.
Sin ella, no acabarían estos versos, y sin ti, no tendría sentido escribir...


Tom "Aquel chico..."

09 abril 2007

¿Qué hacer?


Cada vez que miro una cosa me recuerda a ti, en cada sueño apareces tu diciéndome cosas preciosas.. Acariciándome el pelo, la cara… diciéndome que soy la única chica para ti , siendo los dos una misma persona…. Pero me despierto y veo que todo es mentira, que todo ha sido un sueño y en verdad no somos nada solo unos amigos que no sienten lo mismo el uno por el otro…para ti solo amigos.. ¿¿Como decirte todo lo que siento?? ¿ Para que decírtelo? Me tomaras por una tonta, por una niña encaprichada que no sabe que es el amor…Mejor no decirte nada y que sigamos como estamos… romper una amistad para nada no merece la pena…. Seguiré por lo menos soñando contigo y haciéndome ilusiones de que alguna vez estemos juntos por fin….

02 abril 2007

Pasado Presente


Nunca debí haber iniciado esa conversación. Nunca. Jamás. Con aquel saludo, había dictado mi sentencia de muerte. No podía evitarlo, no podía retroceder; no podía: ya era demasiado tarde; ya estaba condenada.

Condenada a abrir la caja de Pandora, a que los viejos fantasmas del pasado, esos a los que yo misma había cavado las tumbas y me había esforzado tanto por enterrar, volvieran a volar sobre mi cabeza. No son más que buitres esperando mi muerte, una muerte que ellos y yo sabemos cercana.

Pero yo no le tengo miedo a la muerte. Yo ya morí una vez. Aunque de eso hace ya mucho tiempo.

Nunca debí hablar con Él. Él, que había sido mi perdición, mi droga más dura. Él, que me había subido hasta las puertas del cielo; Él, que me había arrastrado a la boca del infierno.

Todo volvía a mí: los recuerdos, las ilusiones, los temores; todo a lo que yo había cerrado la puerta se estaba abriendo paso, poco a poco. Bastaba una pequeña grieta.

¿De qué había servido echar los cimientos de una nueva vida, si la vieja los estaba ahora destrozando?

Creía que todo había acabado el día que se acabó todo. Pero todo permanece, nada desaparece por mucho tiempo. Yo, que había jurado que sólo pensaría en Él para maldecir su bonita estampa, le estaba reservando ahora cada uno de mis pensamientos. En mi cabeza, sólo resuena su nombre. El eco que producen esas seis letras ensordece todo lo demás.

Y pienso, ¿cómo he podido vivir sin Él? ¿Cómo ha podido otro usurpar su trono? Pero me faltan los minutos y los segundos para responder a esas preguntas. Sólo quiero verle, hablarle. Sólo quiero contarle que ha desmoronado mi ordenada vida, que ahora me rijo por el caos, que le...

Pero no le puedo besar. Ni abrazar. Ni pueden mis dedos acariciar sus mejillas, ni pueden nuestras manos entrelazarse.

Hay un muro que nos separa. Nosotros lo construimos. Con pedazos de nuestros corazones rotos, con las promesas que no cumplimos, con los sueños que no se hicieron realidad, con las palabras vacías, con los reproches y rencores, con nuestro orgullo.

En mi lado, las trompetas se preparan para sonar.

24 marzo 2007

El Tiempo Anciano


Andando me paso el día sin pensar en lo andado. Solo un anciano caminando me recuerda adonde ando. Con cierto disimulo miro sus zapatos y en el destrozo ocasionado por el tiempo pasado me pregunto hasta donde andarán mis zapatos. Entre las arrugas adivino una sonrisa picaresca, una sonrisa para olvidar el daño. En los ojos veo añoranza de tiempos olvidados y finalmente en sus manos encuentro el alma de quien ha vivido soñando.

11 marzo 2007

Dos lágrimas


Dos tristes lágrimas surcan mis mejillas en esta oscura noche. Un recuerdo, quizá dos palabras bastan para que salgan. Un te quiero es suficiente para que dos lágrimas mojen mi almohada. El deseo se hace espada y la esperanza el filo que brilla al transcurrir de mis lágrimas. En esta sola y fría noche un corazón muere y una débil mente sufre la madrugada. Solo la remembranza de una pérdida es suficiente para que dos amargadas lágrimas salgan. Por esas lágrimas clamo al cielo lo que era mío y me arrebataron, maldigo mi desventura y la providencia porque ahora no me importa nada, tan solo mis dos compungidas lágrimas. El ahogo me deja sin aliento y sin poder decir nada, solo una mirada basta para descubrir que una vez de mi torturado corazón surgieron dos furtivas lágrimas.

10 marzo 2007

Mentes en Guerra. 4ª Parte

La sorpresa:

Un nuevo día despuntaba por el alba y los primeros rayos de sol penetraban entre sus pestañas. Sara era el primer pensamiento que tuvo, el primer pensamiento de otros muchos. Movido por la incesante rutina, Álvaro dio los buenos días a su madre. Rápidamente se dio cuenta del desliz, pero ya no le importaba demasiado. Las palabras de José resonaban en sus oídos y tenía que vestirse para ir a trabajar.

Se sentó en la misma silla de madera de todos los días, con la misma inseguridad y la misma insatisfacción. Preparó su ropa y después de un somero examen, descubrió que las perneras de sus pantalones estaban con barro.

Con la naturalidad propia de la experiencia, Álvaro cogió el peine del su madre y frotó con vigor el barro seco. Al poco tiempo, el pantalón estaba listo para un nuevo día. Se puso el pantalón, la camiseta y la bufanda que le regaló José en un día cualquiera. Sus pies descalzos, robustecidos por la piedra, el agua, el calor y el frío; se sentían abandonados. En pocas ocasiones habían disfrutado de la comodidad de un zapato. Contados momentos boyantes de felicidad cuando su madre le permitía algún capricho. Álvaro notaba esos recuerdos muy lejanos.

El sol bañaba con sus poderosos rayos las casi inexistentes estrellas. Los árboles hacían cantar a sus inquilinos y las nubes no amenazaban tormenta. Álvaro empezó a darse prisa. Cogió de la mesilla la manzana para la comida y pensando en Sara fue hacia la panadería.

El camino ya se había secado y el barro se podía sortear con facilidad. Siguiendo la ruta habitual, fue al arrollo y se lavó la cara y las manos con agua fría de las montañas. Llegó a la bifurcación del camino y un fugaz pensamiento le quitó de la mente la imagen de Sara. Perderse, desaparecer, evaporase, descubrir, explorar, vivir. Según se alejaba volvía otra vez a la realidad y a sentir la cara húmeda y fría.

Saliendo del bosque escuchó un ruido que le llamaba, un ruido familiar y agradable. El ruido se convirtió en voz. Era Sara que le llamaba oculta por el tronco de un árbol.

-Álvaro ven aquí, rápido no tengo mucho tiempo. -Era la primera vez que hablaba directamente con Álvaro y en su voz se notaba una mezcla de seguridad y preocupación.

-¿Sara, como tú por aquí? ¿Qué pasa, necesitas ayuda? -La voz de Álvaro salía temblorosa de entre sus labios. Nunca se había atrevido a decirle nada, su única comunicación con ella habían sido los gestos, las miradas y los pensamientos.

-Hoy a las siete y media de la tarde en la colina que está detrás de la explanada de la iglesia. -Con la misma rapidez y sorpresa que había aparecido, se dispuso salir corriendo dejando tras de sí el estupor y el silencio.

-Un momento, no te vayas. -Sus palabras cayeron de su boca confundiéndose con el ruido de naturaleza. Veía cómo se marchaba en dirección al pueblo y por su mente sólo aparecían palabras inconexas y sin sentido.

-Tengo que irme, no me pueden ver contigo.

Corría con delicadeza propia de una dama y con la firmeza y decisión de un general. Álvaro se quedó solo con los pensamientos y cuando despertó del trance solo recordaba una frase " Hoy a las siete y media de la tarde en la colina que está detrás de la explanada de la iglesia".

Volvió a coger con más ímpetu y alegría el camino en dirección a la panadería. Ya no le importaba nada, solo deseaba que pasasen las horas para ver a Sara.

06 marzo 2007

Mentes en Guerra. 3ª Parte

Deseada huída:

Los pasos entre las piedras y el barro le hacían pensar en la vida. El se veía como esas pobres rocas inertes que tan fácilmente eran sumergidas en el fango. Un Dios omnipotente y omnipresente le aplastaba con la facilidad de un paso.

Se sentía hundido por las palabras de José. Sus esperanzas eran migajas de palomas y solo le quedaba la resignación. Una resignación que le había acompañado durante su vida.

Empezaba anochecer y mirándose los pies notó como llegaba a la bifurcación del camino. La necesidad de desaparecer se hacía una carga pesada que le aliviaba la mente de ataduras. Sentía como el ramaje le rodeaba y conducía hasta un mundo nuevo. Pero sus pies, sus pesados pies no se movían. Volviendo a la desesperante realidad, regido por lo que consideraba coherencia, se fue a casa.

La oscuridad ya reinaba en sus escasos dominios y sin nada que hacer, ni qué decir, se fue a la cama pensando en un nuevo día. Las estrellas fulgurantes en el cielo, cantaban una triste serenata. Una serenata dirigida por la luz de la luna.

La luna del mar ilumina nuestros rostros, acariciados por el continuo correr del viento. Nuestras manos entrelazadas presagian la inolvidable noche que esta a punto de acontecer. Las olas del mar intentan infructuosamente alcanzar nuestros pies, y mientras tanto la luna continúa iluminándonos. Mi Diosa, mi Diva, mi Venus, luce ciñéndose a su cuerpo un vestido de satén negro, que al igual que sus largos cabellos, se arquea por la fuerza del viento. Las estrellas se consumen en el cielo, no se si por envidia de que esté junto a una estrella del firmamento, o por competir con la luna en iluminar nuestros cuerpos.

Mi mano empieza a palpar su cadera y con suaves caricias va estimulándola. Ella, con una dulzura propia de Afrodita, se gira para ponerse de frente siguiendo el recorrido de mi brazo. Sus ojos reflejan la omnipresente luna y te invitan a soñar despierto. Las manos ajenas a mi control recorren su espalda ascendiendo paulatinamente por su columna. Los rostros se acercan y pierdo el contacto con sus ojos para poder fundirme en un apasionante beso. Mientras nuestros labios juguetean cuales chiquillos traviesos, las manos se encuentran con la cremallera del vestido que previsiblemente cede por mi empeño, más que por la habilidad.

Tras un inimaginable esfuerzo separamos nuestros cuerpos y el vestido cae a la fría y limpia arena. Su cuerpo resplandece gracias a la luz de la luna y con gran sorpresa por mi parte puedo observar que ninguna ropa interior desvirtúa ese nacarado cuerpo. Tal es la imagen que me deleita la vista, que por un momento creo estar en el nacimiento de Afrodita saliendo de las impetuosas olas del mar.

Para estar a la par, comienzo a quitarme la camisa con relativa rapidez, pero al comenzar, ella se acerca con su natural delicadeza y botón a botón, la camisa va cediendo. Detrás del último botón de la camisa le sigue el botón del pantalón y una brisa fresca, solo contrariada por el ardor de mi interior, recorre mi cuerpo semidesnudo.

Con los pantalones y la camisa cubriendo la arena, maltratada por las olas, nos tumbamos. Sus labios luchan con los míos y los mordiscos son sucedidos por reconfortantes incursiones de su lengua en mi boca. Su mano va bajando por mi torso lentamente y con ternura, hasta encontrarse con mi inaguantable erección. Muy despacio palpa el pene por encima de los calzones, un inesperado escalofrió recorre el cuerpo, esa sensación rápidamente va a la columna vertebral hasta sucumbir finalmente en el cerebro. Con una rapidez inusual en ella, me quita los calzones y nuestros cuerpos quedan bajo la luz de la luna.

Los brazos intentan abarcar la mayor parte de su figura, infructuosamente quiero guardar esa belleza que tengo ante los ojos. Sus cabellos rozan mi pecho y me acarician con su suave tacto, los dedos resbalan por mi piel erizándomela al completo. Suavemente los senos cuales plumas de fénix caen sobre mí, abrasando el conmocionado pecho.

Estoy en el séptimo cielo, cuando un ruido me saca del éxtasis en el que me hallo. Un grupo de endemoniados intrusos dejó la fiesta del gobernador para tomar el aire. Cuando mi atención vuelve a su cometido, el ángel irremediablemente se está vistiendo. Lanzó una mirada que me arrebata el alma, una mirada que manaba serenidad y tranquilidad, una mirada que prometía mi más ferviente deseo. Con gran pesar yo también me visto y exactamente como habíamos llegado a la playa, regresamos a la fiesta, con la única diferencia de haber avivado la llama de la lujuria.

Entramos en el salón cada uno por su lado, nadie debe de tener el más mínimo atisbo de duda respecto a nosotros. No pueden relacionarme con la hija del gobernador y esa tortura me desquebraja el alma. La música no cesa en su empeño de animar la fiesta y las luces alumbran el espacioso salón, la gente habla y baila y solo dos figuras muestran la impetuosidad de su lujuria. Nuestros ojos se encuentran continuamente entre la multitud y como siguiendo un destino predefinido, subimos las escaleras del salón. Ella sube las escaleras del lado izquierdo y yo, para no levantar sospechas, por las del lado derecho. Evidentemente las miradas nos inculpan de nuestros propósitos, pero eso no nos importa. Ella sabe perfectamente a donde nos dirigimos y yo al igual que la luna persigue al sol y el sol a la luna, sigo sin remedio.

Abre una puerta y voy detrás de ella. Unas escaleras en espiral se sitúan en frente. No la puedo ver, solo el dulce susurro de sus pisadas me guía hacia arriba. Las escaleras se hacen interminables, la infinidad de sus peldaños es una tortura para el deseo que me arde por dentro. Finalmente llego a una sala donde una nueva puerta se cierra. No tengo ni la menor idea de en que parte me encuentro en aquella inmensa mansión. Las pisadas que guiaban mi camino se hacen inaudibles. Por un momento me asusto de tal manera que me dispongo a entrar exacerbado a la habitación, pero un nuevo sonido tranquilizador adormece mi impetuosidad. Es un canto de sirena. Con una voz proveniente del cielo me susurra que pase.

Abro muy lentamente la puerta de madera y la cierro con cierto temor de que alguien pueda descubrirnos. La habitación es muy hermosa, tiene cuatro ventanales enormes, de estilo barroco, la cortina echada y la habitación solo se ilumina gracias a velas que se van encendiendo una a una. Extrañamente no puedo ver a ella por ninguna parte y las velas se van sucediendo para iluminar la habitación. Empiezo a ponerme nervioso, camino tímidamente al centro de la habitación donde se halla una cama de matrimonio. Las velas ya iluminan la práctica totalidad del cuarto pero mis ojos no pueden verla por ninguna parte y justo cuando me dispongo a llamarla, de la última vela iluminada una chimenea empieza a arder. Justo delante de ella puedo ver a mi Diosa, completamente desnuda. Las llamas de la chimenea resplandecen en su torso y las velas me permiten vislumbrar su cara.

Inconscientemente mis manos empiezan a desnudarme, con una asombrosa tranquilidad los botones de la camisa van cediendo al paso de las manos. La mente está en ebullición pero mis manos se mueven con autonomía propia. El cuerpo no me pertenece estoy siendo movido por ella. Por un momento tengo que comprobar si controlo mi propio cuerpo y me dispongo a parar. Las manos paran, pero la camisa está abierta. Ella se percata, una pausa de apenas dos segundos se me hace larga y tortuosa. Entonces ella reacciona, empieza a acercarse a donde me encuentro. Su silueta se mueve al compás de las llamas que se encuentran por toda la habitación. Su figura se engrandece por las sombras que el fuego le prestaba. Poco a poco sus labios se acercan a los míos y con sus tiernas manos de seda la camisa cae al suelo. Un ardiente beso me inunda los labios de dulce miel. Mis brazos rodean su cuerpo y el contacto con su piel me produce un escalofrío lleno de calor. Como una gota de agua mis manos van cayendo y llegan hasta sus nalgas. Son suaves y tersas. Sin poder contener mis deseos las aprieto fuertemente hacia mí. El fuego arde con más fervor que antes y la habitación empieza a calentarse al igual que nuestras mentes y corazones. Sus labios se sueltan de los míos y lentamente caen hacia abajo. Sus labios erizan mi piel y mis músculos se tensan por donde pasan esos tiernos y sedosos labios. Primero mi cuello, después mis pectorales y luego mis abdominales. Finalmente y tras un ligero espasmo mis músculos se relajan y caigo de espaldas en la cama. Sin darme apenas cuenta los pantalones huyen de mis piernas y ahora volvemos a estar a la par, completamente desnudos.

Un ligero cosquilleo recorre mi pene de parte a parte, sus labios rozan mi sensible piel y eso me estremece de placer. Con su innata delicadeza, abre su boca y empieza a lamerme el prepucio. Sube y baja lentamente, su dulce y abundante saliva, recorre mi pene. La vista se empieza a nublar, los sentidos se adormecen para dejar paso al tacto, solo el tacto de su boca. El ritmo se acelera súbitamente provocando que un suspiro salga de mis entrañas. La explosión es inminente, pero ella se detiene como si controlase todos mis impulsos y sensaciones. Mi respiración vuelve a su cauce y mis sentidos regresan bajo mis órdenes y mi control.

Mi cuerpo sudoroso mana un deseo implacable. Beso a beso, roce a roce, su boca sube por mi cuerpo hasta morir en mis labios. El tacto de su piel me consume y eleva, nuestras respiraciones se acompasan y las piernas infructuosamente se hacen nudos entre ellas. Las llamas de la habitación se hielan a cada beso, a cada caricia. Solo una llama queda prendida en aquella habitación, son nuestros cuerpos entrelazados.

La mano ajena a mi control sube por su entrepierna ávida de deseo. Una sola caricia me descubre el dulce arrollo que fluye por sus piernas. La mano golosa se adentra para colmarla de placer. Inaguantables suspiros salen de entre sus labios, sus piernas se abren lentamente para dejar que el intruso profane su templo. Su clítoris revienta de la excitación y un dedo se mete hasta dentro. Una queja ente sus suspiros me paraliza por un momento, pero sus ojos colmados de apetito me piden más. Lentamente sale y entra, y a cada nueva embestida de mi dedo, sus pechos se alzan soberbios ante mí. Mi boca impúdica se abalanza hacia sus pezones, los besa y muerde, los acaricia y aplasta. Sin saber muy bien como, un orgasmo brota desde lo más profundo de su ser, aplacando mi apetito y pretensión.

Tumbada en la cama, su cuerpo resplandece, gracias al sudor, como si de la primera estrella de la noche se tratase. Lentamente y susurrándola al oído le doy las gracias por la noche que me está regalando. Con mucho cariño y delicadeza me abraza y me murmura que la penetre. El cielo se abre ante mí y con cuidado me pongo encima de ella. El mero roce nos provoca un escalofrío y muy despacio mi pene va penetrándola. Sus suspiros se hacen más profundos y sus brazos me empujan hacia ella con fuerza. La noto muy húmeda y caliente, todo su cuerpo me abrasa, en la habitación solo existimos ella y yo. Finalmente un último empujón la hace gritar en mi oreja. Mi pene empieza a entrar y salir con su propio ritmo. Ella jadea y acompasa su cadera con la mía. El ritmo, al igual que nuestros suspiros y nuestra excitación, va creciendo. Sus piernas rodean mi cuerpo y eso facilita la penetración, no hay descanso y el orgasmo es inaplazable. Nuestros cuerpos fundidos en uno solo, jadean al unísono, nuestro sudor se mezcla en nuestros cuerpos y nuestras mentes estallan a la vez en un colosal orgasmo. Mi semen la inunda por dentro y ella rebosa satisfacción.

Así, en esa misma postura nos quedamos por un rato. Recobrando nuestros sentidos al igual que nuestra propia conciencia. Empezamos a besarnos tiernamente a sabiendas que eso no volverá a repetirse. Solamente puedo desear que se repita ese celestial momento en mis terrenales sueños. Y lentamente va amaneciendo.

02 marzo 2007

Ojalá....

Ojalá tuviese alas para poder volar y salir de aquí...olvidar y dejar todo detrás... ir a un lugar donde nadie me pueda encontrar... donde por fin pueda ser feliz... un lugar sin que nadie me diga como tengo que ser ni que hacer...
Ojalá tuviese fuerzas para hacerlo, para dejar todo sin mirar atrás, dejar todo sin arrepentirme, dejar todo sin sufrir...
Ojalá nunca hubiera estado aquí, no sentir lo que todo el mundo siente hacia una persona en especial y no ser correspondido, no pensar todo el rato en ella...
Ojalá no hubiera existido y no ver como la gente sufre por amor y no poder hacer nada porque nunca has sabido que es lo que se siente... no saber nunca que es el amor...

27 febrero 2007

La Muerte


La escribí el 20 del 10 de 1999. Se la dedico con especial cariño a un gran amigo. Espero que te guste.

La Muerte, tan esperada y temida, venerada y maldecida, impuntual e injusta.
Es el mensajero de Dios, encargado de llevarse las vidas de los desgraciados, es una imagen jamás vista, es el trabajador que nunca descansa, al que nada le importa, ni espera nada.
Poco le importa a cuantas y cuales almas ha matado. Pobres almas mortales pendientes de un hilo toda su vida. Son como capullos de rosa, cuando nacen son grandes y esplendorosos, al paso del tiempo se marchitan y estropean, pero antes de morir y caer al suelo, han esparcido su néctar por el mundo entero. Así son las almas humanas, destinadas siempre a caer al suelo, a formar parte de lo que han sido siempre.
Al escribir esto me pregunto, que en donde vagarán los poetas muertos, que cuál será su fatídico día, cuando, la muerte tan caprichosa, les elegirá, y entonces les toque otra vez prepararse para el gran día, ese día en que les toque recitar una más, de sus más bellas poesías, pero con una distinción, que será la última, la última obra de arte, el ultimo manifiesto de sus sensaciones.
Yo me pregunto: ¿Cuál será mi última poesía?

07 febrero 2007

Soñando serlo todo

Cuantas veces he soñado en poder sentirme libre, en reencarnarme en rama. En esa que baila al ritmo del viento, o aquella que es tan alta, capaz de tocar el viento y llegar hasta el horizonte...Yo quiero ser aire, tocar con suavidad tus labios, besarlos sin que lo notes. Sentirme algo que puedas apreciar sin descubrir quien soy en realidad. Producir una sinfonía con un corto silbido, desordenar tus cabellos con mis manos imaginarias.

Contemplo el agua y me reflejo en ella. Yo quiero ser agua. Ser ola poderosa que lo arrastre todo, o ser nítida y clara. Azul intenso, siempre mansa. Tú, sumergido en mi mundo marino.
Una rosa, ser una rosa. Tan bonita por fuera...tan bella, tan delicada. Sentir como tus manos me arrancan de mi seno. Pero aun así, quiero estar contigo. Ver como tus ojos contemplan mis pétalos. Acercas tus labios, y en ese momento, yo intento ser tuya. Desprender un dulce aroma que te haga viajar al mas allá, a un paraíso perdido en el fondo de tu ser...Por un momento sentirme feliz, pero luego termina la fantasía... yo, rosa. Soy para otra.

Quizá sea tu hermana, quizá una amiga, pero los celos me ciegan y no veo mas allá. Endurezco mis defensas y se clavan en su mano, brota un líquido rojo, que recorre sus dedos. Yo caigo al suelo, pero en ese momento, me doy cuenta de que has sido mío.

Yo quiero ser fuerte y necesaria, ser sal. Una gran bola de fuego del que todos dependan y preguntarme entonces ¿que haría sin mi? Salir de día, cuando todo es mejor, todo feliz. Te veo tan contento, siempre haciendo el bien a los demás. Todo eso aumenta mi felicidad y mi brillo. Me siento orgullosa de poder verte así, pero luego, por las noches mi camino se oscurece. Las fuerzas se me agotan y me voy desvaneciendo. Oculta tras la luna me pongo a pensar, ¿para que me sirve tanto si tan lejos tú estas y no puedo alcanzarte?

Luna plateada, raya de horizonte, imposible de alcanzar. Quieres ir hasta mí, pero no sabes como ir. Por las noches puedes verme y aunque acompañada estoy, aun espero en silencio que puedas estar junto a mi.

Deseo ser tantas cosas, cosas inalcanzables, pero capaces de soñar. Quiero serlo todo y no quiero ser nada. Quiero ser poderosa como el sol o delicada como la rosa. Quiero acariciarte como el aire u ocultarme como el agua. Pero he descubierto por fin que la única razón por la que quiero todo esto es que estés aquí, y mis sueños ya se acaban… En esta hoja han volado hasta lo más alto del paraíso.

PARA LAS PERSONAS QUE ESTÁN ENAMORADAS O LO HAN ESTADO Y SUFREN POR SU VERDADERO AMOR.

20 enero 2007

Mi decisión

Siento que llega el día; inexorablemente me veo acercándome a la cruel confirmación del milagro de la vida: unos vienen,otros se van. El dolor de la vida me persigue hasta en la muerte. Mas no te temo,maldita,ni te rechazo,pues no sirve de nada autoengañarme; me encontraré contigo algún día.
Siento que llega el día;lo siento en la gente, lo siento en mi interior. Qué voy a hacer,no lo sé;sólo tengo clara una cosa. Me mantendré firme ante ti,no conseguirás derribarme,soy sólido como una roca; mucho tiempo pasará hasta que mi sólida corteza se desgaste...y entonces te volveré a hacer frente,y ya decidiremos.
By GaRZaS

16 enero 2007

A la muerte

Muerte, ¿crees que te temo? Solo temo a la soledad y al recuerdo. Solo temo la fría cama desamparada a merced de las sábanas. Solo temo una imagen enjoyada de agradables sentimientos muertos.

03 enero 2007

Pobre gaviota

Soy una gaviota sin rumbo, volando sobre la inmensa mar. Una tormenta de pena moja mis alas y descendiendo mi pequeño corazón se desquebraja. Vientos de tragedia mecen las olas y me llevan sobre el agua gélida. Las olas intentan golpearme con violencia inusitada. Soy un pobre animal herido que viaja sin rumbo fijo.

En el horizonte la nada lo envuelve todo y tan solo diviso la muerte anunciada. Poco a poco llego al final. Las últimas palabras se caen en este papel errante mientras la mar me inunda por dentro y hunde mi cuerpo en su trágico destino.