24 diciembre 2006

Los dedos acariciando notas


Los dedos bailaban armónicamente y presionaban sin dudar los puntos claves. La música tentaba al movimiento y las vibraciones resonaban en el corazón, estallando en un sinfín de sensaciones. Mientras los dedos jugaban a cogerse en arenas movedizas, el gozo flotaba en el aire con partituras de sentimientos. Los pies saltaban sin decoro olvidados por la visión de los presentes. Los pelos se encrespaban con notas agudas de placer y el ritmo acelerado presagiaba el clímax. El corazón bombeaba frenéticamente y el oído colapsaba el resto de los sentidos en una grave escalinata de éxtasis. Finalmente la calma reinó sin pentagramas resonantes y lentamente el piano se calló.

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